jueves, 17 de junio de 2010

Para mamá

Hoy operan a mi madre.
En principio no es nada serio, pero la palabra "tumor" deja siempre una estela de mal rollo difícil de disipar.
Ésta es la primera vez que la ingresan y mi padre y yo estamos como desubicados, sin saber qué hacer. Porque ¿qué haríamos sin ella?
Mi madre no me ha parido ni me ha amamantado, pero me ha dado todo lo que necesita un hijo: su amor incondicional. Yo estaba tan segura de su afecto, de ser lo primero en su vida, que me atrevía incluso a despertarla de la siesta para contarle cualquier cosa que se me hubiera ocurrido.
Todavía hoy es el pilar de mi existencia y confío en que siga siéndolo muchos muchos años. Como poco, hasta que mi hijo me haga abuela a mí también.
Nunca es mal momento para recordarlo. Te quiero, mamá.

4 comentarios:

Piluca dijo...

Yo también le fastidiaba a mi madre las siestas cada dos por tres, incluso sólo porque me aburría!!

Seguro que a tu madre le va fenomenal. Toda la fuerza para ella y para vosotros. Un besazo!

Piti dijo...

YO muchas veces me quedaba mirándola mientras dormía ( no en plan loca pirada eh!, jaja)...y como respiraba tan profundo y dormía tan agustico pensaba, le voy a dejar dormir cinco minutitos más...

Pemán cariñico, ya sabes que cualquier cosa que necesites aquí estamos la familia Sorribas Rubio!
Besicos cojonuda!!

Chorche dijo...

Ánimo!!! un beso!!

Carmen dijo...

Gracias hija, yo tambien te quiero.
Sigues siendo la luz de mi vida, aunque me despertaras de la siesta.
Besos

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