martes, 19 de octubre de 2010

El Mundo está muuuu mal


El Mundo anda mal, el que nos ha tocado vivir en general y el de Pedro J. en particular. Creo que soy la mamá bloguera un millón en escribir sobre el dichoso artículo de las vacas, pero no me he podido resistir.
Podríamos resumir este despropósito como la venganza de una mujer frustrada, no sé si porque no pudo dar el pecho y le hicieron sentir mala madre, o porque ni siquiera ha tenido tiempo de tener hijos, trabajando a destajo en artículos como éste.

No voy a entrar a rebatir cada una de las sandeces que dice la tal Carmen Machado, porque son muchas y ya lo han hecho muy bien otras blogueras (Tenemos tetas, La mamá vaca, Aprendiz de madre y un largo etcétera). Sólo quiero pararme a pensar por qué.

¿Por qué una periodista-mujer propone un tema así? Está claro que va de feminista moderna, la tía... y no sabe lo desencaminada que va.

¿Por qué no trata de disimular su postura? Yo también soy periodista y hay muchas maneras más efectivas de llevarte al huerto al público. La sutileza es un arma poderosa, que ella no ha querido utilizar. No creo que sea tan mala periodista. Si lo ha hecho de este modo, grotesco, directo y sin afeites, y con argumentos tan flojos, es por algo. Para provocar.

Y lo más importante: ¿por qué sus jefes le compran este tema, con un enfoque tan políticamente incorrecto? Una portada así es una apuesta arriesgada. No cabe duda de que han querido llamar la atención, crear polémica y de hecho han conseguido que 2865 personas (a esta hora) se hayan sumado a la página de Facebook en contra del artículo. Es una publicidad fantástica para un medio que nunca se ha destacado por su moralidad.

Pero yo creo que aún se esconden otras razones detrás. Me voy a poner conspiranoica. En primer lugar, estoy convencida de que las grandes multinacionales que viven gracias a los millones de euros que se gastan las madres en botes de leche de vaca en polvo (la del biberón SÍ que es de vaca) están empezando a notar en sus bolsillos las perricas que les escatimamos las madres insumisas. Y como cada vez somos más, y como empiezan a hacerse oír los médicos pro-lactancia, pues se han dicho: o contrrestamos esta campaña, o este verano no hay Caribe, amigos...

Y aún diré más: detrás de este artículo acecha otro lobby mucho más peligroso, el de los Muy Machistas. Porque ellos son los que más miedo tienen a la libertad de la mujer, libertad para informarse y decidir lo qué es mejor para ella y para sus hijos. Esa corriente supuestamente feminista que alerta de que la lactancia materna nos quiere meter a todas de nuevo en casa no sabe de lo que habla. La mayoría de las parejas que conozco que amamantan son las que mejor reparten las tareas de crianza y de la casa, las más igualitarias. Esto no va de amas de casa a la antigua usanza. Va de padres involucrados, con reducciones de jornada, va de madres que dan la teta en medio del supermercado, va de niños felices y sanos que no son un gasto, sino un placer, y que de mayores no repetirán estereotipos machistas. Va de personas que no quieren ser esclavas de su trabajo, ni del consumismo, ni de la globalización. Y todo esto le jode mucho, pero mucho, al patriarcado y al feroz capital, los amos del mundo a día de hoy.

Con nuestras tetas al aire les estamos retando, les estamos dando una lección, y por mucho que pongan a una señora pintada de vaca haciendo poses, no van a pararnos. Señores, tienen los días contados. La revolución ya está aquí.

viernes, 8 de octubre de 2010

Celo de ganar prosélitos

Ésta es la definición que trae el diccionario de "proselitismo". ¿Y qué es un prosélito? Volvemos a consultar http://www.rae.es/ y encontramos que es el "partidario que se gana para una facción, parcialidad o doctrina".

Os preguntaréis a qué viene todo esto. Lo explicaré. Resulta que últimamente siento que hago demasiado proselitismo de mi estilo de crianza (de mi "facción, parcialidad o doctrina"). No lo hago a propósito, pero no puedo evitar hablar de mi hijo y de lo que estoy aprendiendo con él. ¿Intento convencer a la gente? En el fondo imagino que sí, porque creo que criar con apego es lo mejor para todos los niños.

Así que cada vez que se presenta la ocasión saco toda mi artillería de argumentos (citando a Punset e incluso a Darwin, si se tercia): que la teta es una maravilla, que hay que cogerlos en brazos, que no me parece bien llevar a un bebé de 4 meses a la guardería, que el 90 por ciento de los niños del mundo duermen con sus padres, etc...

Son temas de los que me gusta hablar y que muchas veces saco a modo de defensa. Porque lo más habitual es que la película comience cuando alguien ve a mi hijo de casi 2 años sacarme alegremente la teta.

- "¿Pero aún le das el pecho?"
- "Sí, claro. La Organización Mundial de la Salud recomienda la lactancia como mínimo hasta los dos años".

Sé que mi opción no es mayoritaria, pero no deja de sorprenderme la cantidad de mujeres que se horrorizan (no en mi cara, pero eso se nota) por una cosa tan natural como es dar el pecho, y que hasta hace 50 años estaba a la orden del día.

El caso es que me he cansado de defenderme, de justificarme y de hacer proselitismo. He comprendido que soy una incomprendida y no me pienso esforzar más. Para desahogarme tengo este blog, en el que entra sólo el que quiere.

Me seguirá molestando que me tomen por radical, por loca, por inconsciente. Porque quien se pregunta qué es lo mejor para su hijo y busca activamente la respuesta no creo que sea más inconsciente que quien sigue sin rechistar al resto del rebaño.

El problema es que a muchas madres que conozco "mi vida les agobia" como decía Alaska. Porque cuando alguien se sale del camino trazado es porque cuestiona ese camino, y quienes siguen caminando por él se sienten igualmente cuestionados. Por eso "me apuntan con el dedo, susurran a mi espalda..."

¡Y a mí me importa un bledo!
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...