lunes, 7 de junio de 2010

¿Cómo quieres que sea tu vida?

Podemos escoger. Afortunadamente vivimos en una época y en un país en el que tenemos la libertad de elegir cómo queremos vivir. Hasta cierto punto al menos.
A mí nadie me puso una pistola en la cabeza para que me hipotecara durante 35 años, nadie me obligó a firmar mi contrato de trabajo ni a casarme ni a ser madre. También podría haber escogido seguir soltera, vivir de alquiler y trabajar sólo los meses de verano para viajar el resto del año. Por ejemplo.
Las limitaciones llegan después: si quieres un piso, necesitas un trabajo estable y así sucesivamente. Pero después de escoger un camino podemos cambiar de opinión, ¿no?
Ahora que soy madre veo las cosas de otra manera, y por eso he empezado a recorrer un nuevo camino menos transitado (de momento). He escogido trabajar menos y ganar menos dinero. Una decisión que para mí ha sido sencilla, pero que para muchas mujeres no lo es.
En este camino (llamémosle Maternidad plena) no hay caprichos caros, aunque sí multitud de pequeños placeres. Siempre se ha dicho que el tiempo es oro, así que soy rica de otra manera.
Si escoges este camino, pones tu carrera profesional "en barbecho". No creo que la tires por la borda, a no ser que en tu empresa sean especialmente fascistas. Como algún periódico que yo me sé. Ya volveré a la carga cuando me dejen, y mientras tanto disfruto de mi hijo. (Sobre este punto volveré en un próximo post, que tiene tela).
En este camino no existen las horas extra (laborables, se entiende. Como madre no te las quita nadie, con reducción o sin ella). Sabes a qué hora entras y a qué hora sales y eso es fantástico desde todos los puntos de vista.
En este camino es más fácil continuar la lactancia, sin necesidad de sacaleches y otros instrumentos de tortura.
En este camino no hace falta construir guarderías y los abuelos no están obligados a nada. Bueno, los de Leo a tomar el vermú con nosotros todos los días, en alguna terracita...
Con todo esto, sólo pretendo animar a muchos otros padres y madres a recorrer este camino. El verdadero lujo es ver crecer a tu hijo y vivirlo sin prisas y sin estrés. Son sólo unos años de apretarse el cinturón y de verlas venir en el trabajo, pero es una inversión con muy buen rendimiento, os lo aseguro. ¿Quién no puede permitirse esta vida al menos durante los tres primeros años de su hijo?

5 comentarios:

Eva dijo...

hola Cristina,
Que lujazo ser tu primera seguidora!
Totalmente de acuerdo en todo.
Pero como todo en la vida hay muchos matices, y me gustaria incluir uno bien conocido. Mucha gente que se ha metido en el laberinto de hipoteca casa, prestamo coche, prestamo vacaciones, etc, cuando llega el momento de tomarse un respiro cuando vienen los niños, estan a años luz de poderse tomar un respiro, mas bien lo unico que pueden hacer es respirar fuerte y continuar. Y ya no te cuento los que durante esta crisis han perdido el trabajo (20% de paro), y estan a punto de perder la casa.
Tendria que haber una asignatura en el cole que se llamara ¿como quieres que sea tu vida? donde los niños pudieran darse cuenta que en funcion de las decisiones que toman sobre los 20 o 30 años se va a decidir si despues podran tomar decisiones o sera mas bien que son esclavos del sistema.

Cristina dijo...

Hola Eva. ¡Qué alegría verte por aquí! Tienes mucha razón. Como ya he comentado en el post, a mí me resultó fácil tomar esta decisión, pero para muchas madres es más complicado. Lo que quiero es "publicitar" este camino, abrir los ojos a la gente para que valoren, al menos, esta otra opción. Que muchas de mis amigas piensan que NECESARIAMENTE tendrán que seguir trabajando 8 horas, llevarlo a la guardería y etcétera. No se plantean un cambio de vida aun cuando éste es posible, por miedo a perder su trabajo o su estátus y por su bienestar económico.

Cristina dijo...

Por cierto, que estatus no lleva acento. Fe de erratas...

Vanesa dijo...

Cristina, creo que tenemos mentes gemelas, porque esto que planteas es precisamente lo que yo quiero hacer :o) ... veamos ahora como se lo toman mis jefes, porque lo mio es una muy pequeña empresa.

A mi todo el mundo me mira como si estuviera loca por pretender, en plena crisis, pedir una reducción de jornada para pasar el mayor tiempo posible con mi hijo, pero yo pienso que lo primero es mi niño... y si en mi empresa no gusta y me cuesta el puesto... pues chica, tengo 2 años de paro asegurados, con un sueldo estupendo, todas las horas del día para atender a mi niño, y un montón de posibles salidas para cuando quiera volver a trabajar. ¿Donde esta el problema?.

Cristina dijo...

¡Qué alegría encontrar gente que piensa igual que yo! Hace falta ser valiente para aparcar e incluso renunciar a la vida profesional, pero merece la pena. Mientras no haya medidas reales para conciliar, está en nuestra mano hacer el esfuerzo o no hacerlo. El dinero no lo es todo en la vida y los niños nos necesitan, aunque a veces se resignen a ir a la guardería. Un abrazo.

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