miércoles, 9 de junio de 2010

El dilema

Dilema:

(Del lat. dilemma, y este del gr. δίλημμα, de δίς, dos, y λῆμμα, premisa).


1. m. Argumento formado de dos proposiciones contrarias disyuntivamente, con tal artificio que, negada o concedida cualquiera de las dos, queda demostrado lo que se intenta probar.

2. m. Duda, disyuntiva.

Yo añadiría otra acepción:

3. m. Quebradero de cabeza que obliga a elegir a toda madre trabajadora entre su profesión y la crianza de sus hijos.

Me perdonarán los hombres, pero hoy en día este dilema es prácticamente exclusivo de las mujeres. ¿Por qué? Declino meterme hoy en este jardín. Lo dejamos para otro día.

El dilema se da sobre todo en profesiones vocacionales. Si una mujer está harta de su trabajo monótono y poco satisfactorio no creo que tenga ninguna disyuntiva. En todo caso su dilema será de tipo económico, pero no quiero hablar de eso ahora.

Me interesa reflexionar sobre la llamada carrera profesional y el feminismo. Cuántas infancias se han llevado por delante estas palabras. Cuántas niñeras y guarderías y horas extraescolares para que mamá pudiera trabajar.

Ha sido una dura lucha, en la que han derramado tantas lágrimas las madres como los hijos por no poder estar juntos. Pero el feminismo ha vencido. Hoy, la mujer ha demostrado sobradamente que puede acceder al mercado laboral igual que un hombre, y sólo falta alcanzar las cúpulas directivas.

Ha sido un sacrificio necesario, porque había que hacerse un hueco en un mundo de hombres. Pero el paso siguiente hay que pensarlo con detenimiento. ¿Queremos alejarnos cada vez más del nido, como hicieron ellos? Yo al menos no estoy dispuesta.

Pongo un ejemplo: a una amiga mía le ofrecieron un puesto de responsabilidad justo cuando se quedó embarazada. GRAN DILEMA. Al final, la promoción profesional fue demasiado apetitosa y se reincorporó de su baja maternal con un flamante cargo que apenas le deja tiempo para disfrutar de su hijo. Al menos su trabajo le entusiasma.

¿Qué hubiera hecho yo? Sinceramente no lo sé. Por suerte o por desgracia a mí nadie me ofreció algo tan suculento, y mi dilema fue menor. Pero si ahora me quedara embarazada otra vez, ahora que ya sé lo feliz que soy contemplando a mi hijo, si ahora me ofrecieran un puesto importante no tendría ni la más mínima duda.
¡Que le zurzan al trabajo! Si soy valiosa ahora, seguiré siéndolo dentro de 5 años cuando mis hijos ya no me necesiten tanto.

Esta postura puede parecer antifeminista, un retroceso, pero yo estoy convencida de que asumir de nuevo la maternidad será un gran paso hacia delante para las mujeres y para la sociedad en general.
Es la revolución pendiente.

4 comentarios:

Piluca dijo...

No creo que el feminismo (que lucha por el avance real de la mujer, y porque el mundo sea igual de justo para los dos géneros) quiera distinguir entre ser mujer trabajadora y ser mujer madre y criadora (existe este palabro? en fin...).

A lo que voy: entiendo el dilema que planteas, pero es un problema de fondo. Si el mundo fuera justo e igualitario la mujer no tendría que plantearse dejar una de las dos cosas, sino que se entendería la maternidad como una fase natural de la mujer y se promocionaría y defendería dándole la oportunidad REAL para crecer profesionalmente y para desarrollarse como madre. Pero en esta sociedad masculina y machista la mujer debe adaptarse a un mundo de hombres. Y como ellos no paren y, a día de hoy son pocos los que se encargan del cuidado de los hijos, nos obligan a ese tipo de disyuntivas. Si decides tener críos, te arriesgas a perder tu curro, o a estancarte. Si tienes aspiraciones profesionales: piénsate lo de quedarte embarazada.

Tenemos que actuar como hombres, trabajar como hombres, llevar turnos de hombres, consumir como hombres y apañarnos como hombres siendo mujeres.
Y mientras esto no cambie (y no tiene pinta) seguiremos con disyuntivas y dilemas hasta el final de los tiempos.

NOTA CURIOSA AUNQUE NO VENGA A CUENTO: ¿Te has parado a pensar alguna vez en que la ambición se entiende como algo natural en los hombres, pero cuando una mujer es ambiciosa se le considera perversa, desleal o de dudosa fiabilidad?

Cristina dijo...

Efectivamente. Tienes toda la razón. El mundo cambiará cuando los padres también se reduzcan jornadas y cuando los hijos dejen de considerarse un asunto menor, un inconveniente para la vida laboral.
Es un problema con muchas aristas. ¿Te has parado a pensar por qué se promociona a los jóvenes en lugar de a los más experimentados? Es la tendencia: las empresas quieren gente joven, competitiva, sin vida personal y que lo den TODO en su trabajo. Si se consideraran los 40 la edad óptima para empezar a asumir responsabilidades, tal vez no habría que renunciar a nada. Pero la gente con experiencia es más sabia y protesta más.
PD: El tema de los padres y su papel en la crianza lo pienso tratar muy a fondo en un próximo post.

Eva dijo...

hola Cristina,
En el capitulo de house de esta semana dijeron una frase demoledora. El capitulo hablaba sobre un padre viudo con una hija a su cargo. Una de las doctoras protagonista tacha de machista a un compañero (estaban tratando el tema de mujeres solteras con hijos) y este le responde algo asi como: Yo creo en la familia tradicional, madre, padre, hijos, y tambien estoy convencido que una madre casada es como una madre soltera con hijos, solo puede recibir la ayuda de su marido al final del dia, cuando el padre llega a casa lee un cuento a su hijo y esa es toda la ayuda que va a recibir.
A mi me dio que pensar. Estoy deseando leer ese post sobre el tema de los padres.

Cristina dijo...

Le estoy dando muchas vueltas al tema del papel de los padres en la crianza. Pero quiero escribirlo en frío, y como llevo muchos días sin dormir en condiciones, viendo roncar a mi marido a pierna suelta, me parece que no sería muy justa con los hombres en este momento. Cuando encuentre otra vez mi equilibrio zen seré más objetiva.

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